domingo, 15 de abril de 2007

el conductor del 5


Mis padres me inscribieron a clases particulares de inglés cuando empece tercero de EGB, lo que equivale a nosecuantos de ESO. Tenía entonces 9 años. Las clases eran despues del colegio y para llegar debía coger la linea 5, que no tenía parada en la misma calle pero que era la que más se acercaba a la academia. Era cuando en sólo había7 lineas y 2 iban a las pedanías. Cada vez que subía al autobus le tenía que pedir al conductor que me dejara entre dos paradas, lo que me aterrorizaba. El conductor era un señor de unos cuarenta años, canoso con grandes entradas, papada y cara de buen tipo.
Las tardes que tenía clases estaba en tensión. En la parada aguardaba el bus hecho un flan. Como el niño timido que era, cuando picaba el billete y le pedía la parada especial, lo hacía de carrerilla, hablando sin mirarle y asumiendo una pesada culpa por el inconveniente que pensaba le estaba causando. El hombre me miraba y me entregaba el resguardo con un asentimiento indiferente. Durante el trayecto vigilaba por la ventanilla para no pasarme del punto exacto donde debía levantarme, calculado para no tener que correr por el autobús ni tampoco esperar de pie, embarazosamente, a que se detuviera y me abriera la puerta. Cada martes y jueves repetía el mismo trayecto, con la misma vergüenza repetía la petición y con idéntica amable indiferencia respondía el conductor.

El jueves lo volví a ver, sentado en la consulta del médico. Esperaba junto a su mujer, en silencio. Ahora rondará los 65, tiene buen aspecto, el pelo blanco ya, aunque abundante todavía, no avanzaron tanto las entradas como se podía prever. La misma cara tranquila, la mirada más apagada pero amable todavía.
No le dije nada, claro. Le mire y recordé al conductor del 5, al que no había vuelto a ver, aunque seguro que se jubiló no hace mucho, haciendo esa u otra ruta parecida, el que dejó los autobuses hace años fui yo. Luego pensé (estas cosas se te ocurren siempre después, tarde ya para hacerlas), en lo apropiado que hubiera sido ofrecerle acercarles a algún sitio con el coche, llovía un poco afuera.